EL FANTÁSTICO MUNDO DE PORRAS.
La creación de mundos y seres fantásticos como lo hacen los niños, inventándose monstruos y héroes, caballeros y hermosas princesas; es parte de lo que encontramos en la obra de este pintor.
La combinación de una gama monocroma, calida y añeja dada por el betún de Judea nos hace viajar en el tiempo y el espacio a parajes antiguos, mostrándonos escenas míticas, como salidas de cuentos y leyendas, que nos pone en duda de cual es la verdadera “realidad”.
Lo fantástico lo irreal no es mas que la proyección alegórica de la realidad conocida.
Signos, símbolos, formas, diseños, escrituras casi automáticas que nacen en un momento de vital tensión. Aparece el juego, el disfrute, el caer en el tan anhelado estado catártico. Porras nos hace recordar aquello que nacía en las narraciones de los abuelos, en los libros de cuentos, en las hazañas de los compañeros de juego, en lo que descubríamos espiando tras las puertas y tal ves más allá, retrocediendo a otras vidas, a otros mundos, al conocimiento cósmico que nos rodea a todos.
¿Qué seria del hombre y de los pueblos si no encontraran junto a la verdad histórica y científica, la verdad fabulada o mágica?