Técnica | Origen | Entregas a: |
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oleo sobre lienzo | Ecuador | a todo el planeta |
Información adicional |
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70cm x 50cm |
Quiero que mi pintura sea experimentar un frenesí. Pintura como baba chorreante de placer y de asco, que sea una droga; adictiva y estimulante. Alucinación y delirio sombríos destacando el carnaval y la decadencia de la noche con atmosfera apocalíptica en la que reine un violento y perverso deseo hedonista, donde lo marginal o lo doloroso sea bello.
Distopía, abyección y cuerpo, lo que no permite evocar algo espiritual, sino más bien trabajar sin juicio moral la condición humana. La realidad es un misterio. No me interesa la parte metafísica, ni la más épica, ni el significado, ni el mensaje de cada pintura; me interesa la imagen por sí misma. Una pintura que me lleve a otra sin plan y su parte más banal, perversa o más destructiva, allí estaría la metáfora.
Maurizio Cattelan dice “el arte de ahora, no trata sobre las vivencias propias, trata sobre lo que hablan los demás”, este cuerpo de trabajo está echo a partir de fotografías procesadas, ya sean de artistas de disciplinas como fotografía y cine o pueden ser fotos normales y corrientes que, no escojo al azar, es más deben gustarme. Son “mi gusto” propio y están todas disponibles en internet. Mi fuente de modelos y de temas, campo donde decidí crear, a partir de lo que ya está creado. Yo procedo a copiar literalmente la foto, para luego intervenirla con gestos y pinceladas libres.
No intento que la obra involucre sentimientos sino sensaciones, trato lo impersonal, la vivencia y la experiencia internauta (aunque siempre puede recaer en personajes de cultura popular con un pasado reciente y televisivo); donde cualquier persona puede tener acceso desde cualquier parte del mundo.
Mi idea es evidenciar la influencia de la cultura de masas sobre el placer y el goce en nuestro organismo, nuestros estómagos, cuerpos y mentes en general, despertando nuestro lado hedonista, este legado biopolitico de la sociedad de consumo y nuestra herencia como parte de occidente. No juzgo ni digo que sea mala o buena, es lo que es y tiene el espíritu de una época en la que la información puede ser disfrutada por todos y en todas las partes del mundo.
Como la religión que adoctrina con santos, mis retratos (pictóricos) enfocan iconos (la mayoría de los casos marginales) que citan a los retratos de Instagram o de polaroid. Me gusta metabolizar estas imágenes que son impersonales, pero que también son fantasmas fraguados en mi ser, y que luego generaron mi afán de poseerlos en pintura.
Cuál es la trascendencia de estos iconos en nuestras vidas y cómo emitimos lo que creemos que son sus costumbres. La cultura de la fama, cultivada desde el renacimiento hasta nuestros días, llena de mucho glamour junto a las celebridades, y el fracaso por no ser lo que quisimos. Aquí reside mi cuestionamiento.
He tomado prestado, o, mejor dicho, he robado lo más que he podido sin reparos. Para mí nada viene de la nada y no creo en la inspiración, toda mi obra es hecha a partir de lo pintado y sus pintores
Es una obra entregada a lo joven, al sediento de placeres que habla de la carne, la belleza y la violencia. Una obra que tiene raíces en mundo occidental, refiriéndose a los mismos temas tratados por los maestros de la pintura de todos los tiempos. Me encuentro en la tradición del retrato y temas tradicionales como “el beso”, “venus” o la tan popular “virgen con niño”.
Aquí me tienen de POP en NEGRO, vendiendo hasta el alma.