Cabezas de vacas cortadas, cuerpos mutilados, animales en situaciones sexuales, bestias siameses, ritos y fiestas de su localidad, son expresiones que, reunidas, conforman una cosmovisión siniestra, pero bella. Perturbaciones y alivios enlazan al arte tradicional con el contemporáneo, disyuntiva que Guaillas la dirime con destreza. Guaillas afirma sin ambages: "Mi trabajo es puramente autobiográfico. se trata de mí y de lo que me rodea" su hogar natal en Saraguro, Loja motiva las profundidades de su obra sus latencias, terrores y apetencias de su cuerpo, pues además de la incentiva ecológicas del artista, las escenas de decapitación están íntimamente vinculadas a la pulsión del arte, según el psicoanálisis.