Hace algún tiempo me enteré de un caso de violencia en mi círculo familiar cercano, al principio no supe como tomarlo, tenía rabia, indignación, e impotencia. Otra vez mas encuentro refugio en el arte y en lo gráfico como herramienta de resistencia, como espacio combativo, decidor y viral. Tengo la certeza de que lo que libramos en esta contemporaneidad es sin duda una guerra semiótica mucho más allá de la ideológica. Sumando otra pieza a esta serie denominada "Santos Posmodernos", reitero la importancia de desmantelar la simbología patriarcal, desarticulando sus iconos y atribuyéndoles posturas críticas y reivindicativas que nos permitan abrazar causas comunes e ideales que nos proyecten a resistir juntos y lograr la igualdad y justicia anhelada. Contribuyo hoy con esta virgen subversiva.